Actitudes de éxito.

Cuestión de actitud
Carol Dweck, psicóloga americana, profesora de la Universidad de Standford (EEUU)  ha estudiado mucho sobre la motivación escolar y  afirma que hay dos tipos de mentalidades y que sólo una de ellas lleva al éxito.
Su obra comenzó observando que los niños en edad escolar difieren en su respuesta ante el fracaso en una tarea académica. Distinguió dos estilos: Unos dicen "No valgo para esto" y acaban haciéndolo peor. Los otros dicen: "Lo he hecho mal, pero la próxima vez lo haré mejor". ¿Por qué hay esta diferencia?
Carol Dweck. Doctora en Psicología. Universidad de Stanford (EEUU)

Carol Dweck descubrió que cada grupo estaba persiguiendo una meta diferente. Los primeros, el resultado. Los segundos, la destreza. Aquellos veían la inteligencia como una entidad fija, éstos como algo maleable que podría aumentar o disminuir.
En su reciente libro "Mindset" (Actitud del éxito) editado en español, la autora pone de manifiesto el gran equívoco que existe cuando la gente considera normalmente que la inteligencia, el talento o la personalidad vienen determinados desde la cuna. Algo así como la mano de cartas que nos toca en un reparto. Carol Dweck propone que todos podemos cambiar con esfuerzo y ha descubierto la existencia de dos tipos de personalidades: Las que tienen una mentalidad "fija" (como la de los niños del primer grupo) y las que tienen una mentalidad "de crecimiento" como la de los niños del segundo grupo. Estas últimas suelen ser, por cierto, más exitosas.
En este libro se proponen estrategias efectivas para pasar de una mentalidad "fija" a una "de crecimiento", en otras palabras, para pasar de una mentalidad conformista en una que aumente las posibilidades de realización personal.
La autora dice que las personas con mentalidad fija creen que sus cualidades básicas, como la inteligencia o el talento, son rasgos fijos. Que tienen una cierta cantidad de ellas, y listo. Todo el tiempo están empeñados en demostrar que son inteligentes y talentosas y se amargan si sus aptitudes no son reconocidos de la manera en que ellos piensan que merecerían.
Las personas con mentalidad de crecimiento creen que sus cualidades básicas pueden ser cultivadas mediante el esfuerzo y el aprendizaje. Buscan experiencias que impliquen desafíos, con el objeto de que sus aptitudes evolucionen a un nivel superior.

Dice la autora que en la población general, hay un 40% de personas con mentalidad fija, otro tanto con mentalidad de crecimiento, y un 20% mixtas. Pero entre la gente que llega al éxito, ejecutivos, deportistas y científicos exitosos, la mayoría tiende a tener una mentalidad de crecimiento. Uno no llega a la cima sin el deseo de crecer y la habilidad de aprender de los propios errores. Son los que reciben bien las críticas, confrontan sus deficiencias y trabajan continuamente para ser mejores.
Las personas de mentalidad fija infravaloran el esfuerzo. Piensan que su uno es habilidoso en algo, no necesita esforzarse y esta idea es otro error muy extendido. El éxito en la vida, la escuela, el trabajo o las relaciones, depende del esfuerzo que uno le ponga. Además, para colmo, estas personas perciben erróneamente que el fracaso es debido a la falta de talento o inteligencia. Creen que si tuvieran algún talento, este se manifestaría ¡¡Falso!! Muchos artistas, escritores, científicos y deportistas famosos no eran especialmente dotados hasta que se pusieron a trabajar largo y duro. Piensen en personas como Cezanne, Edison, Darwin y hasta Mozart.
Permítanme contarles una pequeña anécdota: T. A.  Edison, el inventor de la bombilla, consiguió el éxito al intento número 1000. Cuando alguien le preguntaba por sus 999 fracasos previos, él respondía con seguridad "¿999 fracasos? No, perdone, eso son 999 maneras de cómo no hacer una bombilla.
Las personas con mentalidad "fija" debido a estas ideas erróneas suelen abandonar cosas que probablemente estaban a su alcance sólo si hubieran perseverado. Las personas con mentalidad "de crecimiento" suelen ser mejores padres, profesores, jefes y compañeros. Creen que las personas pueden crecer y, por lo tanto, son mejores para estimular el crecimiento y el aprendizaje en los otros.
Lo más interesante de todo esto es que los genes tienen una influencia relativamente pequeña a la hora de la configuración de estos dos estilos "fijo " y "de crecimiento". Lo que más influye es el ambiente, los padres y la educación.
Cuando los padres o los docentes elogian la inteligencia de un chico en lugar de su esfuerzo o sus estrategias, le están enseñando una mentalidad "fija". En el fondo debilitan su confianza: después de escuchar estos mensajes, los chicos no quieren probar tareas desafiantes y se derrumban frente a las dificultades. Por el contrario, cuando a los estudiantes se les enseña una mentalidad de crecimiento, su motivación para aprender y sus calificaciones aumentan sustancialmente.
En el libro antes comentado encontraran ejemplos, ejercicios y técnicas para pasar de una mentalidad fija a una de crecimiento.
¿Cuál es su estilo? ¿Mentalidad fija? o bien ¿Mentalidad de crecimiento? Yo me considero que sería un "mixto" pero quizás confunda deseo con realidad. Creo en el esfuerzo, en la constancia, en las ganas de superación pero también he de reconocer que creo en aquel dicho latino: quod Natura non dat, Salamantica non praestat, lo que la Naturaleza no da, Salamanca no presta.
Pero al margen de estas consideraciones, creo sinceramente que siempre es posible mejorar en todas las facetas de la vida y eso es precisamente una buena actitud de éxito.
¡Hasta la próxima entrada, en la que  terminaré nuestro recorrido por el laberinto sentimental, para después adentrarnos en la voluntad y la motivación. Ejes fundamentales de nuestra personalidad!
Por favor, digan si les ha parecido interesante este artículo y hagan comentarios. Estoy deseoso de leer sus reflexiones y enriquecerme con ellas. Muchas gracias.
Ficha técnica:
Título: La  actitud del éxito
Autora: Carol Dweck
Editorial: Ediciones B, S.A.





Nº de páginas: 352 págs.

ISBN: 9788466621083

Año edición: 2007. Barcelona.

Comentarios

  1. Fantástica inyección de moral. Como dice Doris Lessing: el talento es relativamente frecuente, lo difícil es la constancia. Una y otra vez es la filosofía del esfuerzo continuado y la confianza en uno mismo lo que nos lleva a triunfar, es un hecho claro como también lo es que nuestro cerebro tiene una asombrosa plasticidad y capacidad para cambiar. Es fabulosa la anécdota sobre Edison. Deberían contarla a los alumnos que suspenden un examen para darles ánimo. Una admirable mentalidad de éxito, hay que trabajar mucho sobre eso con los alumnos, con los hijos, con todas las personas que nos rodean. Si los profesores realmente creyeran en el esfuerzo de sus alumnos, en que pueden cambiar verdaderamente, ellos también lo harían. Yo lo he experimentado, sé que es posible, estoy en total acuerdo con Carol Dweck.

    ResponderEliminar
  2. Tomo nota de tu sugerencia. Esas 999 maneras diferentes de cómo no hacer una cosa es una visión fantástica de como el trabajo y el tesón dan sus frutos.

    ResponderEliminar
  3. También yo estoy de acuerdo con lo que dice esta señora. Ahora bien ¿qué papel desempeñan los padres y los profesores en este asunto? Enorme. Con demasiada frecuencia son los padres los que inculcan en el niño una u otra actitud: la meta es sacar buenas notas o aprender y tener éxito por ello. Hay veces en que un padre y/o una madre se empeñan en que el hijo no vale para tal cosa,tales estudios, tal carrera. Ardua tarea tiene el hijo si quiere escapar de esa trampa. Conozco casos de personas que han tenido que demostrar a través de una dura lucha consigo mismos que valían para eso (una carrera universitaria, por ejemplo) y mucho más.Al final fueron ellos,los únicos de la familia que llegaron a donde tenían que llegar y los que se suponía que valían se quedaron al principio del camino.
    El otro día me contaba una amiga que le habían pedido seleccionar algún alumno de su grupo para proponerlo para excelencia ( algo así le llaman ahora).Ella seleccionó tres o cuatro y se los rechazaron porque su perfil era más el de chicos trabajadores, constantes que el de brillantes.Estaba le pobre muy decepconada.
    Por tanto ¡ojo, con lo que se hace con los hijos y alumnos!

    ResponderEliminar
  4. Efectivamente, estas ideas que expone Carol Dweck señalan la importancia decisiva de los padres y profesores con los hijos. Otro aspecto más a tener en cuenta. Educar bien es tan difícil que la única brújula que puede orientarnos es el sentido común y la actitud positiva. Poco más. El ejemplo que pones al final con la preselección de alumnado para la excelencia es un claro ejemplo del criterio: mentalidad fija o mentalidad de crecimiento.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Tu comentario es muy útil porque tus reflexiones enriquecerán las mías y eso constituye la esencia de este blog y la de la comunicación en general. Muchas gracias.

Entradas populares de este blog

LA AMISTAD SEGÚN SÓCRATES

Inicio del curso escolar: un poema de Gabriel Celaya como brújula

ILUSIONES ÓPTICAS Y COGNITIVAS. NUESTRO CEREBRO NOS ENGAÑA